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Author:
Anónimo.
Title:
CRÓNICA LOCAL Y PROVINCIAL.
Publication:
Museo Internacional del Estudiante, 2009.
Original edition:
El Eco del Tormes.
Date:
Domingo, 17 de marzo de 1878, pp. 2, 3 y 4.
Según anunciamos en el número anterior, la
comparsa de estudiantes salió el día 8 a las 6 y media de la tarde para
Zamora en tres coches. Estaba compuesta de 37 individuos, de los cuales
dos tocaban flauta, dos violines, dos guitarra doble, dos bandurria, dos
guitarra sencilla, cuatro hierros, tres panderetas y ocho eran
postulantes; una miniatura de la que tanto ha llamado la atención en
París.
Llegaron al Cubo a las 12 de la noche, hora en
que cenaron lo que cada cual había llevado, y con la impaciencia natural
de la juventud se pusieron a dar música al Alcalde, al Cura, al
Secretario y al maestro con gran contentamiento de los aficionados a
sorpresas; después de haber alborotado al pueblo descansaron un poco,
unos en los coches y otros en la posada hasta las 5 y media, hora en que
abandonaron el Cubo; antes de seguir narrando el viaje, preciso nos es
hacer constar la existencia de un fenómeno en dicho pueblo: el maestro
de escuela, a quien dieron música, que según datos auténticos dio a los
estudiantes… ¡dos pesetas! ¡rara avis inter magistros! ¡Adelante!
A las 7 y cuarto llegaron los coches a Corrales,
y los que los ocupaban, sin descansar un momento, apenas echaron pié a
tierra se dirigieron a dar música al Alcalde y demás notabilidades del
pueblo; fueron recibidos con grandes muestras de atención y casi todo el
pueblo salió a despedirles, no retirándose las lindas jóvenes de
Corrales hasta no haber obtenido de nuestros héroes formal promesa de
darlas un baile al regreso.
A medio día llegaron a Morales, donde se
detuvieron a dar algunas músicas, saliendo una hora después para llegar a las dos a Zamora. Allí bajaron de los coches en la plazuela de la
Renova, dirigiéndose acto continuo una comisión, compuesta del Director
Sr. Uceda y otros dos, a ver al Alcalde, que por estar ocupado no pudo
recibirles y después al Gobernador, quien los recibió cortésmente,
concediéndoles la autorización que pedían. Inmediatamente volvió la
comisión con la noticia a donde se hallaba el grueso de la comparsa y
enseguida se organizó la música; obsequiados por ella Gobernador y
Ayuntamiento se disolvió la estudiantina para comer, retirándose unos a
casas conocidas y otros a la Pastelería.
Apenas las 5 habían sonado y ya estaban todos en
la Plaza tocando; recorrieron algunas calles, entrando después en el
Suizo, cuyo dueño les obsequió negándose a cobrar nada del gasto que
hiciesen; de allí marcharon al café Español, donde se les hicieron
iguales ofrecimientos, y por último al Casino, donde tocaron algunas
piezas, que fueron muy aplaudidas, retirándose a descansar a las 7 y
media unos a la Pastelería y la mayor parte a casas particulares,
algunas de las cuales fueron espontáneamente ofrecidas.
Al día siguiente, domingo, reunidos a las 8,
recorrieron pidiendo casi toda la población. A la una se retiraron a
comer; a las tres marcharon al Casino, donde se les había invitado y
donde se les obsequió galantemente con un café y copa, dándoles además 8
duros. Varios de los socios, abonados a la zarzuela, les invitaron para
que tocasen en el teatro, y previa la venia del Sr. Calmarin y la
petición de suficientes abonados, se acordó que así se hiciera. En
efecto, al segundo acto de la zarzuela, en tres palcos reservados al
efecto aparecieron los tricornios de la estudiantina, que fue saludada
con aplausos. Terminada la zarzuela el público pidió que tocasen y ellos
condescendieron bajando al escenario; en el momento de levantar el telón
todos arrojaron al suelo sus tricornios, acción que fue
extraordinariamente aplaudida; terminó la función con la jota, muy
aplaudida también y se retiraron; de allí, fueron al Casino, donde
tocaron algunas piezas y a la una se disolvió la comparsa para reposar
de sus correrías.
El lunes se volvieron a reunir en casa del Sr.
Escera, y atravesando la calle de Santa Clara y otras tocando se
dirigieron a los Cabañales, donde estaban los coches. Montaron y a las
10 y media, acompañados por multitud de personas, algunas de las cuales
fueron hasta Morales, partieron para esta. Con una corta detención en
Morales continuaron hasta Corrales, donde eran esperados con
impaciencia, sobre todo por las que aguardaban el prometido baile.
Después de haber recorrido las calles por la tarde a cosa de las 7
comenzó el baile bastante concurrido en el teatro del pueblo, durando
hasta la una. A esa hora se reunieron todos en la posada, donde cenaron
patatas y pescado, a razón de un real por cabeza. Salieron de allí al
amanecer, durmiendo en el coche; al llegar a Calzada quisieron almorzar,
y en efecto, lo hicieron, saliendo a pedir mientras preparaban el
almuerzo en la posada y recogiendo buena cantidad de huevos, que
almorzaron con una ración de longaniza de 37 milímetros de longitud que
les había sobrado de la comida de Corrales. Terminado este desayuno se
pusieron otra vez en marcha, entrando en esta a las doce.
Tal ha sido la expedición estudiantil. Todos vienen
contentísimos del recibimiento que se les ha hecho y de la entusiasta
acogida de Zamora y todos nos suplican que desde estas columnas
mostremos a tan galante población su agradecimiento, así como al Sr.
Gobernador y Alcalde de la misma, al Casino, Cafés Suizo y Español,
Sres. Calmarin, Margarida, Escera, Arcos, Fuertes, Miranda, Sr. Obispo
de la Diócesis, etc., etc.
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NOTA: Artículo
procedente de investigación original inscrita con el número SA-120-02 en
el Registro de la Propiedad Intelectual. La presente edición ha sido
normalizada y corregida para evitar el uso no autorizado de la misma.
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