Author:
Anónimo.
Title:
LA TUNA DE OPORTO EN SALAMANCA.
Publication:
Museo Internacional del Estudiante, 2009.
Original edition:
El Adelanto.
Date:
Lunes, 27 de abril de 1908,
pp. 1 y 2.
Durante toda la mañana del sábado, los escolares
lusitanos se dedicaron a visitar los monumentos de nuestra ciudad,
acompañados de sus compañeros los salmantinos.
Todos demostraron su admiración al fijarse en las
maravillas que nuestra ciudad encierra en el arte arquitectónico.
Por todas las calles donde pasaban, eran objeto
de incesantes muestras de afecto a las que ellos contestaban con
vivas a España y a Salamanca.
A los balcones donde veían muchachas arrojaban
sus capas o bien las tendían en el suelo para que pasaran las que
por la calle transitaban.
En el cuartel de
Albuera.
A la una de la tarde los jóvenes portugueses y
la Comisión de escolares salmantinos se dirigieron con las banderas
al cuartel de caballería del Regimiento de Albuera que guarnece esta
plaza.
Todos los jefes y oficialidad del mismo
aguardaban la visita, cambiándose los saludos de rúbrica.
Los jefes y oficiales enseñaron a los visitantes
todos los compartimientos del cuartel, así como también el
vestuario, armamento y monturas.
Poco después todos los escolares se dirigieron al
comedor, que se hallaba adornado con trofeos militares y en un
encerado, dibujado el mapa de España y una inscripción en el centro
donde se leía “¡Viva la Unión Ibérica!
A los acordes de la Marcha Real, que fue
recibida con atronadores aplausos y vivas, el teniente coronel
colocó en la bandera portuguesa una corbata que los jefes y
oficiales de Albuera dedicaban a los tunos.
Tan delicado homenaje provocó una formidable
ovación.
La banda de trompetas tocó a diana, repitiéndose
los aplausos al terminar.
A seguida los visitantes fueron obsequiados con
dulces, licores y habanos, estando adornadas las bandejas con
banderas de las dos Naciones hermanas.
El presidente de la Tuna levantó su copa
brindando por el regimiento de Albuera, por los jefes y oficiales, y
agradeciendo las atenciones de que se les hacía objeto.
Terminó dando varios hurras al regimiento, a
España y a Salamanca.
El teniente coronel contesta al presidente de la
Tuna y brinda por Portugal y su Ejército.
El estudiante de la Facultad de Derecho, señor
Nieto, hace uso de la palabra para dar las gracias al regimiento de
Albuera por las deferencias que guardan a sus hermanos los
lusitanos.
Al terminar el señor Nieto, empieza a hablar el
escolar lusitano Manuel Malla; pero es interrumpido por una
atronadora salva de aplausos.
Son las bellísimas presidentas Rosarito Casas y
Luisita Samaniego que hacen su entrada en el comedor del brazo de
los señores Valencia y Aparicio, oficial de Albuera.
El suelo se cubre con las capas de los
portugueses y la banda de trompetas toca diana. Los aplausos son
atronadores.
Las bellas presidentas son obsequiadas y
agasajadas por todos.
El oficial señor Vallejo brinda por la unión
ibérica.
Y por último, y como final de brindis, el
teniente señor Aparicio brinda por Portugal y porque dentro de poco
se unan los colores de las banderas de las dos Naciones.
Poco después se organizó un concierto y un asalto
de armas.
El teniente señor Barona cantó varias jotas que
fueron muy aplaudidas y acompañadas a la guitarra por el estudiante
señor Heredia, y los portugueses cantaron fados.
Después de terminado esto, en uno de los patios
del cuartel se sacaron varias fotografías, regresando a la fonda a
las cinco de la tarde.
Agradecidos.
La Comisión de estudiantes salmantinos encargada
de disponer lo necesario para recibir y agasajar a los portugueses,
nos ruega demos las gracias en su nombre a las bellísimas
presidentas del concierto celebrado en Bretón, al gobernador señor
Zapata, alcalde señor Mirat, vicecónsul señor Maldonado, jefes y
oficiales del regimiento de Albuera, a los casinos de Salamanca y
Pasaje Federación Obrera y Prensa local.
En el casino de
Salamanca.
Inmediatamente después de darse por terminada la
función celebrada en el teatro del Liceo, en honor de los
estudiantes portugueses, y en otro lugar de este número reseñamos,
se organizó en el elegante patio del casino de Salamanca un animado
baile que duró hasta las tres y media de la madrugada.
Cuanto de hermoso y elegante hay en Salamanca en
señoritas, estaba allí reunido, formando un maravilloso conjunto.
Los portugueses, que desde el teatro se
trasladaron a citado centro de recreo, hicieron su entrada a los
acordes de un bonito pasacalle, siendo recibidos con grandes
aplausos.
Pocos momentos después abandonaron los
instrumentos, empezando a bailar.
La Junta directiva obsequió espléndidamente a los
lusitanos con dulces, licores y habanos.
Para dar una ligera idea del aspecto que el
casino presentaba a continuación publicamos los nombres de las
señoras y señoritas que recordamos.
Allí vimos a las de Samaniego, Casas, Llamas,
Peláez, Rincón, Moreno Gobea, Purón, Soler (B.), Pérez Carro, García
Forcat, Soler (A.), García Polo, Palacios, Paluskiewis, Wincer,
Mompín, Viera, Tordesillas, de Vicente, Algueró, Pequeño, Palomero,
Zapata, O’Mulryan, Madruga, Tato, Buxaderas, Moro Martínez,
Bartolomé, Niño, Ibarreta, Hernández Prieto, Hurtado de Mendoza
Lastras, González Sánchez, García (don F.), Gutiérrez y otras que
sentimos no recordar.
Los portugueses bailaron una cuadrilla,
siendo muy aplaudidos.
Todos quedaron satisfechísimos de tan agradable
velada.
El día de ayer.
Todo el día de ayer pasáronlo los portugueses
paseando con algunos estudiantes salmantinos, hasta que a las cuatro
de la tarde unos asistieron al baile que en honor suyo se había
organizado en el salón Variedades y otros a la función que en la
plaza de Toros dio la compañía acróbata de Feijóo.
A Variedades asistió lo más escogido de nuestra
juventud artesana, pasando el rato admirablemente todos y rindiendo
culto a Tersípcore por espacio de algunas horas.
Los estudiantes lusitanos se dirigieron esta
madrugada a la estación con varios salmantinos que los despidieron.
Al arrancar el tren se dieron varios vivas y se
escucharon aplausos.
Los jóvenes portugueses nos han rogado hagamos
público el entusiasmo que sienten por Salamanca y su agradecimiento,
que será eterno, por la hospitalidad y buena acogida que han tenido
en esta ciudad.
Los estudiantes salmantinos, a su vez nos han
rogado que desde estas columnas enviemos a sus hermanos los
portugueses cariñoso saludo.