Autor:
Anónimo.
Título:
ANOCHE, EN BRETÓN.
LA TUNA ESCOLAR COMPOSTELANA.
Publicación:
Museo Internacional del Estudiante, 2009.
Ver. original:
El Adelanto.
Fecha:
Sábado, 21 de febrero de 1914,
p. 1.
La Tuna Escolar Compostelana continuó ayer sus
visitas a las autoridades y entidades de Salamanca.
Visitó la Diputación provincial, Gobierno civil,
regimiento de Albuera, Colegio de San Ambrosio y Colegio de los
Agustinos, y en todas partes los tunos fueron objeto de todas las
atenciones y deferencias a que se hacen acreedores los escolares,
cambiándose los saludos de rigor entre los tunos y los visitados y
pronunciando unos y otros bonitos discursos en tonos altamente
patrióticos.
En el cuartel de Albuera dos escolares
compostelanos y dos soldados gallegos bailaron La muñeira,
ante los demás soldados, siendo aplaudidísimos.
Pero donde se ha demostrado las simpatías que la
visita de la Tuna Compostelana ha despertado en Salamanca, fue en el
concierto celebrado anoche en el teatro Bretón.
La sala presentaba el aspecto de las grandes
solemnidades; palcos y plateas, butacas y demás localidades, todo
estaba ocupado.
El público era selectísimo. Acudió al Bretón lo
más distinguido y elegante de la sociedad salmantina, honrando así a
los simpáticos escolares compostelanos.
Quisiéramos dar a conocer a nuestros lectores,
todas las distinguidas y bellas señoras y señoritas que anoche
escucharon el concierto dado por la Tuna Escolar Compostelana, pero
en la imposibilidad de hacerlo, sólo daremos idea del aspecto que
presentaba el Bretón diciendo que allí vimos en plateas y palcos a
las señoras y señoritas de Olivera, Purón, Conde, García (don F.),
Rodríguez Miguel, Torrens, García (D. T.), Firmat, Cimas, Monje,
Acedo, Torres, Salinas, González de Lacalle, Caja, Unamuno, Zaballa,
Gómez López, Cabezas, Sánchez y Sánchez, Húmara, Sierra, Ortiz
Urbina, Alonso, Martín Sánchez, Suja, Tapia, Nicolau, Redondo y
Alayo.
En butacas las de García Canillas, García Ruano,
Martín González, Pedraz, Montón, González (don C.), Montero,
Arteaga, Cuesta, Brusi, Tapia Ruano, Puente, Pequeño, Revillo, Sesé,
Mateos, Angoso, Charro, Hernández, Asiaín, Santiuste, Palao, Casas,
Noguerol, Tapia, Heredia, Díez Járquez, Sánchez Gutiérrez, García
Romo, Lastras, Mirat, Reymundo, Heras, Albertos, Brozas, Acosta,
Castro Alburquerque, Calzada, Martínez, Llorach, Gutiérrez, Pato,
Gutiérrez Junquera, Beato, Calvo (don M.), Calama, Ortiz y otras mil
más.
También tenían su representación en palcos, el
señor gobernador civil, el Ayuntamiento, el señor delegado de
Hacienda, el regimiento de Albuera y el Casino de Salamanca.
A las seis y media alzóse el telón y apareció la
Tuna en el escenario con la bandera de la Tuna al frente y las de
las Facultades de Salamanca, en medio de grandes aplausos y vivas.
El presidente de la Tuna, don Isidoro Millán,
abogado, hizo la presentación de esta agrupación en un bellísimo
discurso, que fue interrumpido varias veces por los aplausos.
Saludó a las damas salmantinas, a quienes dedicó
párrafos llenos de galantería; tributó al señor Unamuno un recuerdo
lleno de afecto y gratitud.
Cantó en párrafos magistrales las glorias de la
Universidad de Salamanca y a la noble y austera tierra de Castilla,
hermana de Galicia; explicó los vínculos que a través de las épocas
y de la historia confunden las Universidades salmantina y
compostelana, dedicando algunos períodos al sopista, cuyo recuerdo
hacen revivir la Tunas escolares de estos tiempos.
Por último en frases llenas de poesía y cariño a
las glorias patrias, habló de Rosalía de Castro y Gabriel Galán, las
dos almas que encarnan el espíritu de dos pueblos.
El señor Millán demuestra ser un orador
cultísimo, a quien no arredran las dificultades del lenguaje. Se le
tributó al final una cariñosísima ovación.
Luego la rondalla de la Tuna ejecutó algunos
números de su repertorio con gran afinación y maestría, dirigidos
por el músico notabilísimo, don Cándido Conde, estudiante de
Medicina.
Dieron una feliz interpretación a las obras
Don Pío, bonito pasodoble de A. Soto; Minuetto, de Haydu;
Souvenir, y Serenata, de A. Soto; la Muñerira,
de A. Soto; Vals de panderas, de G. Jiménez, y el pasodoble
Viva la Tuna, y a la terminación de cada una de ellas los
escolares santiagueses escucharon prolongados y entusiastas
aplausos.
El cuadro artístico puso en escena el gracioso
juguete cómico de Vital Aza, Perecito, y sus intérpretes los
señores Hervias, Martínez, Echeverría, Vázquez y López, hicieron
pasar al público un rato deliciosísimo, escuchando merecidos
aplausos.
No se olvidará nunca en Salamanca la labor
verdaderamente magistral del tuno señor Salgado, que interpretó el
chispeante monólogo de López Martín, Oratoria fin de siglo.
Demostró ser un
verdadero artista, en toda la extensión de la palabra; de gran
flexibilidad, que caracterizó los diversos tipos de oradores con tal
propiedad, que el público entusiasmado no cesó de aplaudir en un
solo momento premiándole al final con una ovación calurosísima que
obligó a levantar varias veces el telón.
El eminente barítono señor Mercadillo, no pudo
tomar parte en la función por encontrase en Santiago a causa de
tener a su señora madre gravemente enferma.
El público salió satisfechísimo de la velada que
tan alto ha puesto el nombre de la Tuna Escolar Compostelana.
Esta continuará hoy sus visitas a distintas
personalidades de la capital.
Ayer recibió los siguientes donativos: de la
Diputación provincial, 50 pesetas; del regimiento de Albuera, 25;
del colegio de San Ambrosio, 25; del colegio de Agustinos, 25; de EL
ADELANTO, 25, y de la distinguida señora del catedrático de esta
facultad señor Bartolomé del Cerro, 25 pesetas, que entregó muy
amablemente al ir a colocar en el palco que ocupaba la bandera
compostelana.
A las tres de esta tarde salen los tunos para
Valladolid con harto sentimiento para... muchos corazones femeninos.
Porque la galantería proverbial de los escolares
ha tenido su más fiel expresión en los compostelanos, quienes
rendidos, a no dudar, ante la belleza de nuestras encantadoras
señoritas salmantinas, las hicieron merced de su corazón y objeto
único de sus pensamientos.
Hablen por mí los Casinos de Salamanca y del
Pasaje y el teatro Bretón, y digan cuántas son las declaraciones de
amor que han oído estos días, o más bien, cuáles son los pocos tunos
que no llevan consigo una promesa o una esperanza amorosa.
Sabemos de tuno que no piensa acabar el
presente curso sin volver a Salamanca para hacer en toda regla la
petición de una blanca mano. ¡Es el amor que pasa!
Esto ha sido la nota más simpática de la estancia
de los estudiantes compostelanos en Salamanca y el tema de todas las
conversaciones en los grupos femeninos.
Que lleven buen viaje deseamos a los simpáticos
tunos y que el recuerdo de Salamanca sea en ellos tan grato y
perdurable, pues será señal de que entre nosotros han encontrado la
franca y notable hospitalidad castellana nunca desmentida.