Autor:
Juan D. Berrueta.
Título: LA TUNA UNIVERSITARIA.
Publicación:
Museo Internacional del Estudiante, 2009.
Ver. original:
El Adelanto.
Fecha:
Jueves, 19 de enero de 1928,
p. 1.
Un recuerdo
Los jóvenes escolares han tenido la amabilidad de
pedirme que les dedique unas líneas a su Estudiantina.
Para ponerme a tono con
las circunstancias, no encuentro otro recurso más oportuno que
retrotraerme a mis tiempos de estudiante y decirles lo que entonces
sentía de una Tuna Escolar.
No sé, a punto fijo,
que año era. Allá por 1890.
Mi cuarto de estudio
daba a un jardín, al lado del “Teatro del Hospital”. En frente, un salón
de aficionados al arte escénico, que llamaban “La Salmantina”. Allí
ensayaban, todas las noches los estudiantes de la Tuna. Un rumor sordo
de voces, de afinaciones, de guitarras y de violines, llegaba hasta mí,
distrayendo algo mi atención del estudio. No obstante la labor
continuaba, hasta su término.
Daban las diez de la
noche. Los escolares eran puntuales. Salían del ensayo. Su alegre
vocerío inundaba la calle silenciosa y retirada, del barrio de San
Román. Se oía la voz de mando del director. La formación correcta, el
silencio y de pronto las notas animadoras, impulsivas, de una marcha
luminosa, subyugante.
Cerraba yo mis libros,
y abierta la ventana del cuarto de estudio, seguía absorto aquella
música sugeridora, hasta perderse de oír, a lo lejos, por encima de las
tapias del jardín aislado, en el tranquilo barrio.
Han pasado tantos años,
y podía repetir nota por nota, el “pasodoble” de aquella estudiantina.
¡Que de tradiciones
universitarias salmantinas despertaba en mi imaginación!
¡No poco de mi cariño a
la Universidad de Salamanca, creo que lo debo al poder evocador de la
música de aquella estudiantina!
JUAN D. BERRUETA.
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NOTA: Artículo
procedente de investigación original inscrita con el número SA-120-02 en
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