
Autor:
Anónimo.
Título:
EN EL PARANINFO.
Publicación:
Museo Internacional del Estudiante, 2009.
Ver. original:
El Nuevo Progreso.
Fecha:
Miércoles, 9 de abril de 1890, p. 1.
¡Pueden tanto los
impulsos de la naturaleza¡ ¡son tan fuertes los vínculos que produce la
comunidad de origen, de lengua, de historia, de alegrías y de
infortunios! que no nos admira ni nos ocasiona extrañeza grande el
entusiasmo con que han sido recibidos en nuestra ciudad los estudiantes
lusitanos.
En realidad no son
extranjeros.
Han salido de Portugal,
pero no de Iberia, que es la patria genuina y verdadera de todos
nosotros.
Nuestra patria común
principia en el Atlántico y termina en el Mediterráneo; principia en las
columnas de Hércules y concluye en los escarpados Montes Pirineos.
La tierra bendita que a
todos nos sustenta y el diáfano cielo que la cubre, no son cielos
distintos ni diversas tierras: son una entidad geográfica y social hecha
dos pedazos por virtud de fatales e inevitables cuanto lloradas
contingencias históricas.
Los portugueses, a
partir de su última emancipación de nosotros, determinaron en la
península una especie de aneurisma que ha impedido la circulación
del afecto y del cariño entre lusitanos y españoles. Y así corno cuando
la sangre no vivifica ciertas regiones del organismo, surge
necesariamente la descomposición y brota la gangrena, de igual modo los
recelos y desconfianzas con que siempre nos han mirado nuestros hermanos
de Lusitania, mataron las corrientes simpáticas de amor a que por
mandato de la naturaleza estábamos obligados los unos para con los
otros.
¡Quién sabe si de estas
fatalidades, habrán resultado las cuitas nacionales que respectivamente
lloran Portugal y España!
No hay libro que tantas
enseñanzas prodigue como el libro doloroso de la desgracia. En el
infortunio en la desventura aprenden, lo mismo el individuo que las
entidades colectivas, a ser prevenidos y concienzudos para lo sucesivo.
En ese libro han
aprendido España y Portugal. Por eso ahora quieren reanudar las
corrientes de amor que nunca debieron ser interrumpidas entre los dos
valientes jirones de esta gran patria que se llama Iberia.
Esta es la nota que ha
predominado en todos los hermosos discursos que ayer se pronunciaron en
el Paraninfo universitario.
Los Sres. Garzón,
Castro, Sánchez, Revillo, Barreto y el Presidente de la Academia
coimbrense, pronunciaron sentidas y ardorosas oraciones que merecieron
nutrida ovación y vítores sin cuento.
El grandioso salón
estaba pletórico de personas ambisexos. Con grandísimas dificultades
pudimos colocarnos en los estrados de aquel amplísimo local.
La comparsa escolar
portuguesa, pulsó los acordados instrumentos al empezar y concluir el
acto, mostrando ser todos consumados y delicadísimos artistas musicales.
Las piezas que tocaron
eran de singularísimo gusto y las interpretaron con la más imponderable
perfección.
En esta comparsa
brillan por su ausencia los hierros y panderetas, lo cual, en nuestro
concepto, contribuye a la mayor dulzura de sus tocatas.
A las dos y media se
dio por terminada la fraternal asamblea, en la que tanto abundaron
nobles y elevados arranques de oratoria y en la que se lanzaron
pensamientos de mucha importancia, que han de merecer capítulo aparte en
nuestras columnas.
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