
Autor:
Anónimo.
Título: LA ESTUDIANTINA PORTUGUESA.
Publicación:
Museo Internacional del Estudiante, 2009.
Ver. original:
El Adelanto.
Fecha:
Jueves, 1 de marzo de 1900,
p. 2.
La reunión de ayer
A las once de la mañana, el teatro de Zorrilla,
sitio de la reunión, se encontraba totalmente ocupado por los
estudiantes de las distintas facultades y centros de enseñanza,
calculándose que el número de los allí reunidos pasaría de 2000.
También ocupaban asiento algunos alumnos de la
Academia de Caballería.
En la tribuna figuraba, como presidente, el ya
popular estudiante señor Prieto, teniendo a sus lados a la comisión de
recibimiento de los estudiantes de Coimbra.
Empieza el acto
Abierta la sesión, el secretario, señor Rebollo,
lee una lista de los señores donantes en la subscripción abierta para
recaudar fondos con objeto de obsequiar a los estudiantes coimbranos.
A continuación el presidente, señor Prieto, lee
una lista de los gastos ocasionados por la comisión en estos días y de
los telegramas y cartas cruzadas entre el señor ministro y el
gobernador, entre este señor y el teniente de la guardia civil de Medina
y entre los estudiantes vallisoletanos y salmantinos.
Acto seguido se abre discusión sobre el empleo
que ha de darse a los fondos recaudados.
El señor Peña aboga porque los fondos se dediquen a un fin benéfico y pone su donativo a disposición de sus compañeros
para el objeto que éstos deseen.
El señor Vega, en un todo conforme con el señor
Peña, pide que dichos fondos se destinen a Ataquines.
El señor Pereda propone se envíe un telegrama
redactado en esta o parecida forma: «Estudiantes vallisoletanos,
congregados solemnemente en el teatro de Zorrilla, manifiestan sincera
pena por no poder abrazar a los nobles e hidalgos estudiantes de
Coimbra.»
Así se aprueba.
El señor Silva, en enérgicas frases, pide un voto
de censura para el causante de este hecho inexplicable, que ha impedido
llegar a esta capital a los compañeros portugueses.
El señor Paniagua, con muy buen criterio,
contesta al señor anterior, manifestándole que, para ir al Gobierno
civil en son de protesta (como dicho señor dijo), debía llevarse el
distintivo, con objeto de que no se mezclen elementos extraños,
causantes en otras ocasiones de disturbios.
El señor Castellanos pide que los fondos se
repartan equitativamente entre Ataquines y Guarrate.
El señor Torre Ruiz dijo que la prohibición del
Gobierno abre un verdadero abismo entre éste y la clase estudiantil; que
recién creada la Unión Escolar, no debe pedir ayuda al Gobierno;
y así la clase estudiantil debe regenerarse por sí misma.
Al final es aplaudidísimo.
El señor Arcilla manifiesta que debe ir una
comisión de estudiantes a Coimbra con objeto de manifestar a aquellos
estudiantes su profundo sentimiento por el hecho ocurrido.
El señor Pozo pide la palabra para protestar de
ese dato que tan mal ha parecido a todos (es interrumpido por una gran
salva de aplausos). Añade que los fondos deben destinarse a un solo
pueblo, pues es muy pequeña cantidad para repartirse.
Sigue en su criterio el señor Castellanos
contestando al señor Pozo.
El señor Silva pide al señor Prieto que le diga
decididamente en qué han de emplearse los fondos y que sean para la
Unión Escolar.
El señor Toca, de acuerdo con el señor Arcilla,
pide que vaya una comisión a Coimbra.
En medio de gran expectación, se levanta el
presidente señor Prieto, el cual manifiesta no debe hacerse todavía
ningún cargo, por ignorarse el causante del perjuicio. Añade que debe ir
un representante a Coimbra, provisto de autorizaciones del ministro y
demás personas necesarias, con objeto de gestionar en lo posible la
vuelta de los estudiantes de Coimbra. Así se acuerda.
A continuación, y en muy elocuentes palabras,
dice que si de nuevo, dado el permiso, es denegado, los escolares
vallisoletanos sabrán protestar enérgicamente y de una manera activa y
si es preciso... (Prolongados aplausos).
Después el señor Prieto pide que sea elegido
inmediatamente el representante que ha de marchar a Coimbra a gestionar
la venida de los estudiantes portugueses.
Entonces el público se levanta de los asientos, y
entre una delirante salva de aplausos, es elegido el señor Prieto.
Este, después de manifestar su agradecimiento por
tal nombramiento, dice que esta misma noche saldrá para Coimbra, y si
hasta es preciso, se pagarán los gastos del viaje a los estudiantes
portugueses.
La reunión terminó a la una de la tarde, entre
vivas a la Academia de Caballería, a los estudiantes portugueses, a
La Unión Escolar, y al presidente señor Prieto.
A la salida del teatro, este señor fue varias
veces ovacionado por todos los estudiantes.
Más detalles
A propuesta del señor Prieto fue nombrado
presidente interino el señor Paniagua, alumno del quinto grupo de
Medicina.
Después de terminada la reunión, se dirigió el
señor Prieto, acompañado de un grupo de estudiantes, al Gobierno civil.
Dicho señor conferenció con el señor Gobernador, el cual le dijo que sin
inconveniente alguno podrían venir los estudiantes de Coimbra, y que la
comisión contaba desde luego con su apoyo.
Después el señor Prieto se dirigió a casa del
señor Rector, con quien conversó breves momentos.
El señor Loarden le entregó una carta dirigida al
rector de la Universidad de Coimbra, al cual pedía diese permiso a los
estudiantes portugueses para que viniesen a esta capital.
Además le hizo entrega de un documento, el cual
servirá para poderse presentar oficialmente como el representante de los
estudiantes vallisoletanos.
Por la noche
En las primeras horas de la noche fue llamado por
el Gobernador el señor Prieto para entregarle unos documentos
sancionados por el Gobierno, los cuales le servirán para que no se le
opongan obstáculos al traspasar la frontera.
A las siete próximamente en los escaparates del
señor Denti se veía un papel, en el cual se decía que el señor Prieto
marchaba decididamente a Coimbra a las nueve de la noche.
Los estudiantes, en vista de tal anuncio, se
citaron para acudir a la estación a hacer una despedida cariñosísima al
simpático y popular estudiante señor Prieto.
En la Estación
A las ocho y media de la noche eran muchos los
estudiantes que acudían a la estación del Norte. A las nueve, hora
marcada para la cita, formaban verdadera muchedumbre.
El señor Prieto, al presentarse entre sus
compañeros, fué frenéticamente ovacionado. Pero cuando el entusiasmo
rayo en el delirio, fue a la llegada del tren: el señor Prieto tomó un
coche de segunda, y una vez en él, asomado a la ventana a instancias de
los estudiantes, pronunció breves frases en las cuales dijo que, si no
se conseguía con su marcha la venida de los estudiantes de Coimbra, por
lo menos se conseguiría que el cuerpo escolar vallisoletano quede a la
altura que siempre ha tenido.
Fue aplaudidísimo.
Además de los estudiantes allí congregados, vimos
también a varias bellas maestras.
Por fin el silbido del tren sonó, y antes de
ponerse en marcha, fue abrazado el señor Prieto por la mayor parte de
los estudiantes.
El tren partió entre atronadores aplausos.
¡Ojala que los
resultados de tal viaje estén en relación con el entusiasmo del que lo
emprende!
Detalles
El señor Medina, como
tesorero de la Unión Escolar, entregó ante el presidente señor
Paniagua, la parte de subscripción correspondiente a los estudiantes; ha
quedado la suma dada por los particulares, incluidos en éstos
gobernador, profesores, casinos, etc.
(De El Norte de Castilla del día 28.)
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NOTA: Artículo
procedente de investigación original inscrita con el número SA-120-02 en
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normalizada y corregida para evitar el uso no autorizado de la misma.
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