Sitemap.xml | Portada | Indice | Informacion | Colecciones | Videos | Biblioteca | Hemeroteca | Cancionero | Exposiciones | Noticias | Medios | Autor | Contacto |   

 
















 

 

 

 

       



 

Hemeroteca Virtual - Museo Internacional del Estudiante

Autor:              Anónimo.

Título:            ANOCHE, EN BRETÓN.
                       LA VELADA DE
LA TUNA UNIVERSITARIA.

Publicación:   Museo Internacional del Estudiante, 2009.

Ver. original:  El Adelanto.

Fecha:            Viernes, 13 de diciembre de 1929, p. 3.

____

Un lisonjero éxito constituyó anoche para los escolares de la Tuna Salmantina, la velada organizada en honor de sus bellísimas presidentas, María Josefa Esperabé, Pilar Madrazo e Isabel Fernández Dans.

En palcos, plateas y butacas, vimos a las familias del gobernador civil, señor López Sanz; gobernador militar, señor Rodríguez Arias; Ibáñez, Rodríguez Santis, Carrillo, Madrazo, Arenillas, Fernández-Dans, Díez (don Francisco), Díez de Urbina, Tavera, Jaramillo, Redondo, Real, Bardagi, García Sánchez, Santos Franco, Romero, Serviá, Pérez Rojo, González (don Francisco), Pedraz, Sánchez León, Infante, Martín (don Martiniano), Vázquez de Parga y otras muchas que de todas veras lamentamos no recordar.

También asistieron representaciones de entidades y corporaciones.

Comenzó el espectáculo con la proyección de la bellísima producción cinematográfica titulada “Ladronzuela de amor”, de la firma alemana U.F.A., que gustó de manera extraordinaria.

Presentación, por el catedrático señor Crespo Salazar

Después de la parte cinematográfica, se alzó el telón. En el escenario, se encontraba la Tuna Universitaria, con su bandera, siendo estruendosamente ovacionada.

Hizo la presentación de la Tuna, el distinguido catedrático de Derecho Administrativo de la Universidad y querido amigo y colaborador nuestro, don José Crespo Salazar.

Al aparecer en el palco escénico el señor Crespo Salazar, fué objeto de una entusiasta y calurosa ovación.

Al comenzar a hablar el distinguido catedrático, vino a nosotros el recuerdo de la bella lección que el pasado año y con el mismo motivo, pronunciara el señor Crespo Salazar. Como fuera entonces, el discurso, poema inspirado y recio a la canción y al trabajo, fue anoche este otro, jugoso y magnífico, que nos ofreció y que tuvimos el placer de escuchar. ¡Laborar cantando!, era el año pasado. Y anoche, otro himno, puro y sincero, a la juventud, al trabajo y a la mujer.

El breve discurso de presentación del señor Crespo Salazar, fue objeto de elogios entusiastas y al finalizar, se repitieron las muestras de cariño y de admiración.

El señor Crespo Salazar dijo entre otras muchas cosas, lo siguiente:

Varias veces he ocupado esta tribuna a requerimiento cariñoso y para mí agradecido, de los estudiantes salmantinos, para hacer la presentación oficial de la Tuna Universitaria. Y este grupo de simpáticos muchachos me han contagiado, trocándome en muchacho, como ellos, compartiendo su mocedad con calor cordial y en franca camaradería, como corresponde a compañeros que comulgan en una misma aspiración y estilo de vida.

Quizá lo preferible sea ser muchacho. No debemos tomarnos demasiado en serio. La discreta y verdadera filosofía consista, acaso, en saber reírnos de nosotros mismos, de nuestra necia vanidad tribunicia, de nuestra “docta ignorancia” y de nuestra calderilla literaria con que encubrir apenas podemos la penuria de nuestros conceptos.

Y a este propósito recuerdo las bellas palabras que el profesor francés Gide, dirigía en ocasión de larga data a los estudiantes: “El trabajo del labrador, que puede oprimir entre sus brazos el haz de puro trigo y alegrarse porque ha producido el pan de vida de que se alimentan los hombres, debe dejar en el corazón una satisfacción más segura y más plena que la que pueden sentir los que, como nosotros, profesores de nuestras Escuelas, al sembrar nuestro pobre grano mezclado de cizaña y de hierbas estériles, sufrimos todas las angustias de la decepción penosa y del esfuerzo inútil, y no llegaremos a saber nunca si el fruto impalpable de nuestro trabajo podrá alimentar una sola alma en el mundo.”

Por todo, debemos con envidia volver los ojos a estos estudiantes que saben llenar de ilusiones su juventud florida al compás de las notas musicales.

La Tuna, por lo que tiene de tradición y por lo que tiene de histórica evocación, será siempre una fuente inagotable de poesía y nostalgia, sobre todo para nosotros, hombres ya maduros y laminados por la vida, con el contrapunto de melancolía que sembraron en el corazón los desengaños y en la cabeza las canas.

La Estudiantina, siempre nueva y siempre vieja, tan llena de gracia y sugestión como la vida de juventud con sus pintorescas peripecias, es tema inagotable, eterno, como todo lo que vuelve y se repite. En otra ocasión he dicho que, así como las golondrinas del poeta vuelven todas las primaveras vuelven a llamar, rozando sus alas, las vidrieras de nuestro balcón, así todos los años las notas alegres de la Estudiantina que pasa, rompiendo el sueño de piedra de nuestras solitarias callejuelas, también llaman a las vidrieras, que se abren, y rozan el corazón de las mocitas del barrio, llenándolo de dulces quimeras. Pero, ¡ay! las golondrinas y la Estudiantina vuelven. Lo que no vuelve a nuestro corazón, son las ilusiones perdidas, los amores muertos, las esperanzas rotas y los sueños frustrados.

Por lo demás, me parece bien que la juventud se divierta al ritmo del entusiasmo del corazón. Que el valor de la vida se mide por la alegría y el grado de amor de que es uno capaz por el grado de heroísmo.

Nosotros, profesores, también nos debemos a la alegría, que es la verdad. Debemos tener el honor y la conciencia de la verdad. Y, ¿qué es la verdad? Esta pregunta eternamente formulada, tiene su respuesta en la etimología sánscrita del vocablo: “La verdad es lo que se ama, lo que nos atrae. Pilatos preguntó a Cristo que era la verdad. La fuerza es la suprema mentira.

Verdad será la materia para el hombre carnal, y verdad será el espíritu para otros. Es la eterna lucha entre el espíritu y el sueño, la inteligencia y el sino. ¡Verdad son estas bellas mujeres que encarnan con su gracia y simpatía esta fiesta de juventud y de arte!... ¡La mujer!... Otro tema eterno... como la verdad... como un beso... Sin el pecado original no habría Historia humana; a ella colabora, como la madre Eva, la última pecadora de moda del “voulevard”.

Y hay que terminar, ¡muchachos de rumbo!; el mañana da siempre razón a los jóvenes. El porvenir es vuestro. Vuestro perfume de juventud tiene derecho a todo. ¡Juventud, divino tesoro!...

El presidente de la Tuna Universitaria, don Luis Portillo, pronunció también breves palabras de agradecimiento al señor Crespo Salazar, a las presidentas y a cuantos les alientan en estos momentos de alegría y juventud.

Hace un canto a la belleza de las encantadoras María Josefa Esperabé, Pilar Madrazo e Isabelita Fernández Dans.

Igualmente, el señor Portillo, es objeto de grandes aplausos.

La imposición de las corbatas.- El concierto.

Seguidamente, las señoritas de Esperabé, Madrazo y Fernández Dans, que ocupan una platea, imponen a la bandera las corbatas, entre estruendosas ovaciones.

Dio comienzo el concierto, ejecutando los “tunos” el inspirado pasacalle del profesor de música de la Universidad y director de la Tuna, don Hilario Goyenechea.

La composición del maestro Goyenechea, alegre y juguetona, no puede encajar mejor en el repertorio, y la cual tocan los escolares con todo cariño. A los aplausos que anoche obtuvo también el culto y prestigioso profesor, unimos los nuestros más sinceros.

Después, ejecutaron “Fonte dos amores”, fado; “Momento musical”, de Schubert, y los tunos, G. Delgado y G. Polo, tocaron solos de guitarra, demostrando ser unos consumados maestros y elementos valiosísimos para la Agrupación.

El estudiante I. Grande, entretuvo al público con unos números cómicos, que fueron muy aplaudidos.

 

Por último, el octimino de la Tuna tocó de manera irreprochable “La viejecita”, minué, Caballero; “La Dolores”, pasacalle, Bretón; “Standchen”, ¿Huikens? ¿Schubert?; “Caminito”, canción porteña; “Mi torero”, pasacalle, Canals.

De todas veras felicitamos a la Tuna Universitaria, pues ha logrado reunir un repertorio selecto y admirable de ejecución.

____

NOTA: Artículo procedente de investigación original inscrita con el número SA-120-02 en el Registro de la Propiedad Intelectual. La presente edición ha sido normalizada y corregida para evitar el uso no autorizado de la misma. Todos los derechos reservados.
 

 
       
Volver a la página anterior
 
   
 Volver a la página anterior