
Autor:
Anónimo.
Título:
LA ESTUDIANTINA PORTUGUESA.
Publicación:
Museo Internacional del Estudiante, 2009.
Ver. original:
El Adelanto.
Fecha:
Martes, 15 de abril de 1890, p. 1.
Como decíamos en nuestro número anterior, ayer
llegó a esta localidad procedente de Madrid, la estudiantina portuguesa.
En la estación la esperaba gran número de
estudiantes de esta Universidad.
El mal estado del tiempo hizo que no acudiesen a
esperar a los portugueses, más estudiantes salmantinos.
Durante el día se dedicaron aquellos a visitar
los monumentos más notables que encierra Salamanca.
La empresa del Teatro del Liceo, contrató a la estudiantina para dar un concierto en unión de la compañía cómico
lírica, que actúa en el coliseo citado.
A las ocho y media, estaba el teatro casi lleno,
viéndose en las localidades lo más elegante y distinguido de esta
ciudad.
El paraíso estaba
también completamente lleno.
Empezó la función con la zarzuelita cómica
titulada Mateito.
La ejecución fue esmerada por parte de todos los
artistas que en ella actuaron.
A continuación se presentó la estudiantina
portuguesa, siendo saludada con una ruidosa y espontánea ovación.
Cada número de música ejecutado por aquella, era
recibido por el numeroso público con estrepitosos aplausos y atronadores
vivas.
Nada hemos de decir de la perfección con que
interpretaron los números del programa, porque ya hemos dicho en
distintas ocasiones, que los jóvenes y simpáticos músicos son unos
verdaderos maestros.
Después se representó la preciosa zarzuela El
Lucero del Alba, y en su ejecución alcanzó la señora Moreno varias
ovaciones ruidosas, especialmente al cantar unas malagueñas que
provocaron el delirio en nuestros huéspedes.
Por segunda apareció en el palco escénico la
estudiantina y de nuevo volvieron los vivas, los aplausos, las muestras
de indescriptible entusiasmo y sincero cariño.
Cuando terminó el concierto se adelantó al
proscenio Augusto Barreto y pronunció un discurso bellísimo de gracias
para el pueblo salmantino.
Después hablaron Albano Guedes y Cunha y Costa,
expresándose todos en el mismo sentido que el anterior, diciendo,
además, que Salamanca sería siempre para ellos ciudad bendita de los
recuerdos más dulces.
Dijeron también que Madrid era la hermosa
población de España, donde el lujo tiene su trono, pero que Salamanca,
en cambio tiene otro trono más grande aún: el trono donde impera el
amor, el cariño, la sinceridad y el entusiasmo hacia Portugal.
Los discursos de los tres señores anteriores,
fueron acogidos con aplausos entusiastas y prolongados.
Terminó la velada teatral con un precioso
discurso de nuestro querido amigo Alfredo Arnaldo de Sevilla, alumno de
Derecho de esta Universidad.
No nos es posible dar idea de su elocuentísimo
discurso; baste saber que fue una oración inspiradísima, cuajada de
bellas imágenes, y en todo él resaltaba el amor más puro hacia los
estudiantes portugueses.
Al final, profundamente emocionado el joven
orador, dio vivas a Portugal y a España, que fueron unánimemente
contestados y aplaudidos.
Desde el teatro se dirigieron los estudiantes
portugueses y salmantinos al Café Suizo, donde permanecieron hasta las
tres de la madrugada, hora en que salieron para la estación a tomar el
tren que había de conducirles a su patria.
Al despedirse de los estudiantes de Salamanca, lo
hacían emocionados por la gratitud y alguno derramó lágrimas.
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NOTA: Artículo
procedente de investigación original inscrita con el número SA-120-02 en
el Registro de la Propiedad Intelectual. La presente edición ha sido
normalizada y corregida para evitar el uso no autorizado de la misma.
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