Author:
Anónimo.
Title:
EN EL LICEO.
LA FIESTA DE ANOCHE.
Publication:
Museo Internacional del Estudiante, 2009.
Original edition:
El Adelanto.
Date:
Miércoles, 17 de febrero de 1909,
p. 1.
A beneficio de los supervivientes a las
catástrofes de Italia, celebró anoche la Tuna Escolar Salmantina, en
el Liceo, su anunciado concierto.
Este, que resultó brillantísimo, fue presidido
por las bellas y distinguidas señoritas Manuela Bartolomé y
Anunciación Baranda, acompañadas de la Junta directiva de la Tuna y
de los catedráticos señores Díez (don Antonio) y Giral.
La platea que ocupan las simpáticas presidentas,
fue artísticamente engalanada con la bandera de la Tuna y con
terciopelos.
El teatro presentaba un hermoso golpe de vista.
El lleno era formidable y el sexo femenino tenía una muy lucida
representación.
Imposible que podamos publicar todos los nombres
de las señoras y señoritas que en Liceo vimos, sin incurrir en
lamentables omisiones que no están, ni mucho menos, en nuestro
ánimo.
Entre las familias que vimos en plateas figuraban
las señoras y señoritas de Marquessi, Rodríguez Miguel, Rodríguez
(E.) Sevillano, Iscar, Esperabé, García Polo, Guerreira, Castrillo,
Perillán, Hoyos, García López, Hortal, Alonso, Samaniego, Húmara, La
Sala, González Domingo y Casas.
En palcos: las señoras y señoritas de Torrens,
González, González (V.), Peñalosa, Díez Ambrosio, Bartolomé,
Tabernero, Domínguez y De la Riva.
En butacas: las señoras y señoritas de Winzer,
Flores, Cea, Goyenechea, Mora, Guerra, Catalán, Cobaleda, Reig, Díez
(don Arturo), Rodríguez (A.), Algueró, Niño, Acosta, Mier, Loeiro,
Fuerte, Viera, González (P.), Cuadrado, Mendo, Arcos, Palacios,
Casado, Gobea, Soler, Paluskiewich, García, Moreno, Ruano, Sánchez,
Moro y otras muchas que nos es imposible recordar.
La elegante sala del Liceo estaba alumbrada por
potentes focos eléctricos, y, en conjunto, la velada no pudo ser ni
más agradable, ni más brillante.
La presentación de la Tuna en el escenario, fue
motivo para que el público la tributara una calurosa ovación.
El señor Valencia, vicepresidente de la Tuna,
hizo un bonito discurso de presentación, en el que tuvo frases
galantes para las mujeres, y gratitud para todos cuantos habían
contribuido a la brillantez de la fiesta de caridad que se
celebraba.
Fue muy aplaudido.
Seguidamente, la Tuna ejecutó el bonito e
inspirado pasodoble, titulado Caridad, y que ha compuesto el
inteligente profesor y notable violinista Eloy Andrés.
Este ha dedicado su obra al precioso niño
Gervasio González, panderetólogo de la Tuna e hijo de nuestro buen
amigo, el dueño del café Suizo, don Vicente González.
El pasodoble, que se pega pronto al oído y que
tiene partes en extremo delicadas, gustó al público, quien ovacionó
al autor y a los ejecutantes de la inspirada obra.
Después, la Tuna, con maestría exquisita y
matizando muy bien las obras, ejecutó una mazurca de Lucena y el
primoroso vals de Waldteufel, titulado Siempre o nunca,
terminando esta primera parte con la ejecución del pasodoble
Alegría que pasa, dedicado a la bella presidenta Manolita
Bartolomé, por su autor el reputado maestro don Hilario Goyenechea.
El pasodoble del estudioso profesor está hecho
con la misma perfección que todas sus obras, y como éstas fué
aplaudido el pasodoble, gustando a la concurrencia.
Eugenio Carrera, el simpático ex-actor de
la Sociedad “El Teatro”, dijo después, con la donosura y la maestría a que nos tiene acostumbrados, el gracioso monólogo de Abati y Díaz,
titulado Causa criminal, escuchando el distinguido joven una
entusiasta ovación del auditorio.
Colaborando desinteresadamente en la caritativa
fiesta, tomó parte el notable cuadro artístico de la excelente
Sociedad “Bohemios”, representando, como los grandes actores, la
popular obra de Angel Caamaño y el maestro Nieto, El chico de la
portera.
Además de hacer pasar la obra un agradable rato
al público, sus intérpretes pusieron en la representación todo lo
que de artistas tienen, que es mucho, bordando sus papeles y
haciendo arrancar del público sonoras y repetidas ovaciones.
La niña Ardid, que es una preciosidad, obtuvo un
señalado éxito, y nada más que decir de las señoritas Cárdenas,
González, Rodríguez, y de los señores Marcos y Rodríguez, por ser de
todos bien conocida su labor escénica, esmerada y brillante.
Por último, la Tuna puso fin a la velada con otro
concierto, que fue estruendosamente aplaudido.
En esta parte la Tuna estrenó el admirable
pasodoble del maestro Bretón, que es un prodigio de instrumentación,
y que, como ya hemos dicho, honra la firma del ilustre compositor
salmantino.
El pasodoble, que gustó mucho, lo titula su
autor: A la Tuna Escolar salmantina.
Después, un grupo de tunos, de los más
escogidos, ejecutaron la difícil y hermosa Rapsodia asturiana,
del maestro Villa, tan a la perfección y con tanto gusto, que el
público se entusiasmó, aplaudiéndola frenéticamente.
La jota de La Dolores, última obra del
concierto, obtuvo tan excelente ejecución como las anteriores,
siendo muy felicitado al terminar el concierto, el simpático Eloy
Andrés, alma de la Tuna, y verdadero mártir de ella; pues paciencia
y no poca se necesita para poder presentar en poco más de un mes de
ensayos, una Tuna tan completa y tan excelente.
Reciban todos nuestra enhorabuena.
O
A Portugal
A las cinco de esta madrugada ha salido la Tuna
para el vecino reino de Portugal, donde se propone visitar algunas
poblaciones, y dar conciertos, cuyos productos se destinan a los
damnificados por los terremotos de Italia.
La Tuna llegará a las once a Guarda, y
seguramente, hoy mismo dará un concierto en uno de los teatros de la
vecina población lusitana.
Con la Tuna, compuesta de muy cerca de cuarenta
estudiantes, hijos todos de distinguidas familias salmantinas,
marcha nuestro querido compañero, José Sánchez Gómez, el cual tendrá
al corriente a los lectores de EL ADELANTO de la excursión que la
Tuna realice.