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VIRTUAL NEWSPAPER LIBRARY - International Museum of the Student

Author:              Arsenio González Huebra.

Title:             VIAJE DE LA TUNA A PORTUGAL I.

Publication:   Museo Internacional del Estudiante, 2009.

Original edition:  El Adelanto.

Date:            Domingo, 2 de marzo de 1890, pp. 1 y 2.

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Por vía de prefacio.- Antecedentes.- Los motivos del viaje.- Nombramiento del presidente de la Tuna.

            Tengo encargo especial de hacer la historia descriptiva de este viaje, y en verdad que lo siento por dos razones poderosas: es la primera, el merecer este asunto una pluma mejor inspirada que la mía, y la segunda, que aun cuando me sujete a la narración estricta de los hechos, tengo que hacerme eco de frases encomiásticas, entusiastas elogios y holocaustos dedicados a mi humilde personalidad, que al frente de la Tuna, ha dejado con la cooperación de ésta, un grato recuerdo en el vecino reino, y ha dejado también a regular altura el nombre del cuerpo escolar y el de la augusta ciudad que inmerecidamente representábamos.

            El lector que comprende la difícil situación en que me encuentro, sabrá dispensarme si hablo de mí, por más que cuidaré de guardar en los hábitos de la modestia cuanto a mí atañe, pues todos cuantos honores he alcanzado, los debo a la prudencia, educación, cariño y disciplina de mis queridos compañeros en la Tuna, a la que otorgo por leyes de justicia, todas las alabanzas y todos los prestigios que a mí me correspondan en la posesión común y solidaria de los triunfos alcanzados.

            No puedo hacer descripciones amplias de todo lo que he visto ni menos de cuanto hay de notable en las poblaciones que nos han servido de etapa o de paso; porque lo que he visto ha sido como suele decirse, a la carrera, y la mayor parte de las cosas dignas de estudio o por lo menos de atención que he podido ver, me han sido vedadas por la premura del tiempo y por el cumplimiento de mis delicados deberes ante la Tuna, cuya conducta me interesaba muchísimo porque en ella se reflejaban los prestigios del cuerpo escolar y los de Salamanca. Así es que, me limitaré a reflejar en las columnas de EL ADELANTO las impresiones que traigo de Portugal, que por cierto son gratas y satisfactorias, como lo ha sido la expedición de la Tuna, honrosa para todos los que la componían, y honrosa también para las entidades que representaba, augustas y grandes como la Patria, el cuerpo escolar y la ciudad española que guarda las tradiciones de la ciencia universal durante un largo y glorioso periodo de la historia patria.

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            A todos los lectores asiduos de EL ADELANTO, les consta el motivo o razón de ser de la expedición que la Tuna salmantina ha hecho al reino de Portugal. El noble sentimiento de la patria que tanto distingue y que caracteriza a la juventud española, se sintió herido de rechazo por el ataque rudo, golpe de fuerza y agresión violenta que Inglaterra infirió a Portugal en una de sus colonias de África.

            El abuso de superioridad, ha sido circunstancia agravante de esta lesión; igual a la recibimos nosotros en Gibraltar a principios de la pasada centuria; y como Portugal y España tienen intereses comunes en todos los órdenes, por su posición geográfica, por su historia, por la unidad de origen y por el espíritu de raza; como son dos pueblos hermanos, los jóvenes españoles de la Escuela salmantina, enviaron a los de Coimbra un sentido mensaje, adhiriéndose a su dolor patriótico y ofreciéndoles noblemente el concurso de su fuerza, dentro de la ley y dentro de las conveniencias sociales. Este mensaje, que publicó EL ADELANTO, fue contestado por los académicos de Coimbra, que al par que suplicaban  una visita de los escolares salmantinos, les ofrecían generosa hospitalidad como testimonio del cariño fraternal que entre ambas escuelas existía, desde el momento en que se habían puesto en comunicación postal para trasmitirse los recíprocos afectos que hacía tiempo no se manifestaban, por más que existían latentes en la juventud escolar tanto española como portuguesa.

            De aquí nació el proyecto de visitar a Portugal y hacer personalmente las manifestaciones que antes hiciera la pluma; proyecto que fue acogido con entusiasmo por unos cuantos escolares que sin dilación, y antes de que pasasen los entusiasmos, citaron a todos sus compañeros al Salón Artístico, cedido al efecto y gratuitamente por el condominio de dicho teatro.

            La forma en que se organizó la Tuna en los primeros días, es para mí desconocida. No sé más que se nombró por unanimidad a don Jesús de San Eustaquio director artístico de la Tuna, y una junta gestora compuesta de los señores Campello (presidente), Paz (secretario) y Rivas (tesorero), quedando definitivamente organizada la estudiantina, que desanimada en un principio, se unió después en compacta unidad, llegando a realizar sus buenos propósitos con el éxito feliz que saben los lectores de este diario.

            Yo, apenas sabía lo que pasaba en el seno de la colectividad Tuna. Oí decir que el señor Campello había salido de Salamanca sin ánimo de volver, y que la Tuna estaba sin presidente; pero no dí importancia a la noticia, pues a decir verdad, no me había interesado en nada de lo que a la comparsa se refería, por estar hace tiempo retirado de esta clase de sociedades, y mucho más de las grescas del carnaval, fiesta que cada día me parece más anacrónica y más destituida de fundamento.

            Un día oí decir que me iban a nombrar presidente de la Tuna; éste rumor me parecía tan fuera de razón, que me hizo reír; pero cuando por la noche fui al Café Suizo y me vi rodeado de tunos que me aclamaban con entusiasmo presidente de la Tuna; empecé a sospechar que el rumor tenía fundamento y desde luego dí mi negativa a la súplica de los escolares. ¡Yo, presidente de una estudiantina! – les dije - ¿dónde vais a parar?

            Siguieron los ruegos, y más de una hora estuve oyendo frases que necesariamente habían de producir efecto en mi opinión.- Sin usted, no vamos a Portugal, decían unos.- Usted, es el único que nos puede representar dignamente, decían otros.- Sin usted, no nos dejan ir nuestras familias, añadían después,- y tantas y tantas cosas me dijeron, y tanto y tanto me ensalzaron (¡pícara adulación!) que por fin desplegué una sonrisa y dije – ya veremos.

            Al oír esta frase de esperanza mis queridos escolares, se deshacían en demostraciones de júbilo, que yo inútilmente procuré calmar diciendo, que aún no aceptaba el honor que me otorgaban; ellos siguieron animándome y, abusando tal vez de mi cariño, me hicieron la trastada de publicar un suelto en EL ADELANTO, diciendo que había sido aclamado presidente de la Tuna que iba a Portugal.

            Cuando al siguiente día vi la noticia me sorprendió, y hasta diré que me disgustó sobremanera; pero cuando más tarde los padres de los estudiantes y muchas personas caracterizadas de la población se acercaron a mí manifestando una verdadera satisfacción por ser yo la persona que había de representar a la Tuna salmantina en Portugal, acepté el cargo y me llamé a mi mismo.

EL TUNO PRIMERO

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NOTA: Artículo procedente de investigación original inscrita con el número SA-120-02 en el Registro de la Propiedad Intelectual. La presente edición ha sido normalizada y corregida para evitar el uso no autorizado de la misma. Todos los derechos reservados.
 

 
       
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